La proporción de convenios en vigor respecto del número total de trabajadores ha descendido, es decir, al comenzar la crisis, en 2007, el 10,8% de los trabajadores estaba amparado por un convenio de empresa y hoy, y pese a la reforma laboral, solo el 7% de los trabajadores negocia sus condiciones laborales directamente con su compañía.
Además, en los últimos trimestres el proceso se ha intensificado. Al finalizar el año pasado, apenas 694.700 trabajadores estaban acogidos a un convenio de empresa, mientras que 9,82 millones habían negociado sus condiciones laborales en un ámbito superior.
La reforma laboral lo que pretendía era incentivar la firma de convenios de empresa para igualar las condiciones laborales a la realidad económica de las compañías, sobre todo en cuanto a salarios.