Urgente necesidad: FP Dual

VIAMaría Jesús Soto

El Real Decreto que está desarrollando el Ministerio de Educación, sobre la formación profesional dual, no puede ser más acertado para los desafíos presentes y futuros de nuestra economía y nuestra sociedad.

El dato macroeconómico más dramático siempre es el paro. Detrás de cada persona que quiere trabajar y no encuentra cómo hacerlo, siempre hay frustración e incluso en muchos casos impotencia, ante la dificultad de encontrar alternativas.

Los tiempos que vivimos no son fáciles, por la transformación que están sufriendo las principales economías del mundo, ante la revolución tecnológica que ha llegado como un tsunami. En principio se pensó que las nuevas tecnologías nos harían la vida más fácil y que nos iríamos adaptando gradualmente. La realidad está resultando bien distinta. Los cambios están siendo tan rápidos, que nadie se quiere quedar fuera, por lo que pueda pasar, lo que hace de motor de propulsión para ir todavía más rápido, generando mayor vértigo.

Ante esta realidad, nadie sabe con absoluta certeza qué trabajos desaparecerán del todo y sobre todo, cuáles serán los nuevos que nacerán.

Las nuevas generaciones de jóvenes serán los que tendrán de encontrar respuesta, porque serán ellos los que deberán enfrentarse al relevo generacional. Todo esto, unido a la elevada cifra de desempleo juvenil, nos da una señal inequívoca de que hay que cambiar muchas cosas en el sistema económico de nuestro país.

La relación Universidad- Empresa, ha existido desde hace décadas, con mayor o mejor eficacia, según las regiones o provincias.

El hecho de que ahora, se busque esa relación entre la Formación Profesional y las empresas, sin duda es un proyecto tan necesario, como urgente.

El mercado laboral necesita de profesionales cualificados, que sumen conocimientos, experiencia y pasión por hacer su trabajo con la mayor excelencia posible.

El espíritu emprendedor del que ahora tanto se habla, debe ser entendido como un espíritu aventurero con el que todos nacemos, y que ayuda a mejorar el entorno en el que vivimos, bien sea con nuevos proyectos o mejorando los que ya existen, así como nuestras ocupaciones diarias. Por ello, debemos ayudar a los más pequeños a conocer su existencia. A partir de ahí que vayan descubriendo lo que se les da mejor o lo que les apasiona, como vocación irresistible. Posteriormente podrán centrar su formación en esas materias, al tiempo que pueden adquirir experiencia para ponerla en práctica. La educación económico-financiera y para el emprendimiento, desde edades tempranas y con valores como la responsabilidad, la honestidad y las transparencia, serán imprescindibles para un sólido crecimiento del empleo.

Hacerlo de forma consistente y eficiente, evitando lanzar a los jóvenes al precipicio del “fracaso anunciado”, cuando emprenden sin formación o proyectos sólidos, será una tarea que llevará tiempo y que necesita de todos los agentes económicos. De ahí que todos seamos responsables de hacer cambios y mejoras en esa dirección.

 

 

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